A diferencia de muchas otras infusiones, el mate se destaca dentro de la cultura de los argentinos porque se puede consumir en distintos momentos del día y es una bebida ideal para compartir con familiares, amigos y pareja. Aunque antes de usar el recipiente donde se colocará el líquido es necesario que se lleve a cabo una curación. Una tradición que algunos replican pero sin saber sus motivos.
No importa si es en el desayuno, a media mañana, después del almuerzo, en la merienda o a la medianoche, el mate es una de las infusiones que los argentinos eligen para consumir y esto provoca que se construyan una serie de saberes populares y técnicos que deben considerarse. Algunos pueden ser exagerados, como colocar la yerba formando una pared, mientras que otros son necesarios, como curar el cuenco donde se volcará la elaboración.
"Curar un mate de calabaza o un mate de madera apropiadamente permite sellar bien sus poros, para que el sabor propio del material no afecte al de la infusión de yerba mate y además no se generen hongos", expresan desde Taraguí sobre este proceso que las personas deben considerar y llevar a cabo con ciertos cuidados. También se aconseja contar un recipiente para cada tipo de yerba porque esto permitirá disfrutar a pleno el sabor que se busca consumir.
Cómo curar un mate
- Se recomienda tomar el mate, colocarle bastante yerba, agregar agua caliente y que quede reposando durante 24 horas. Este paso se puede repetir más de una vez para así aumentar el grado de efectividad.
- Pasado el tiempo señalado, se elimina el contenido del mate y se raspan las paredes internas para quitar cualquier imperfección.
- Se debe lavar el recipiente y dejarlo que seque al sol. Tras estos simples pasos, el mate ya se encuentra listo para su uso.
Por los Senderosde Argentina