Los versos de Buenaventura Luna estuvieron en Malvinas

La guerra ocurrida en 1982, que enfrentó a argentinos e ingleses, sigue revelando historias jamás contadas. Conocé a Duilio Oscar Dojorti, con apellido reconocido en San Juan, que viajó a las islas para pelear con sus antepasados. Los versos de Buenaventura Luna estuvieron en Malvinas
Las Invasiones Inglesas fueron dos expediciones militares fracasadas que el Imperio británico emprendió en 1806 y 1807 contra el Virreinato del Río de la Plata. Ocurrieron en el marco de la Guerra anglo-española de 1804 a 1809.
Ambos intentos fallidos significaron la incorporación de la región a las Guerras Napoleónicas, conflicto que enfrentó a las dos potencias dominantes de la época, el Reino Unido y Francia.
En aquella invasión de 1806, entre los soldados utilizados por la corona británica, estaban los Dojorti. Un linaje irlandés que ante la fallida embestida inglesa, optó por quedarse en nuestro país. Fue así que los Dojorti, como los Cambell y los Amarfil, llegaron a San Juan, más precisamente a la zona de Huaco, donde con el tiempo comenzaron historias que se entrecruzan sin desperdicio alguno.
Cien años después de aquella fallida invasión inglesa, un 19 de enero de 1906, nació Eusebio de Jesús Dojorti. Un histriónico muchacho que con el tiempo fue desarrollando cualidades de todo tipo, pero siempre con ideas claras. Su nombre artístico fue Buenaventura Luna y se desempeñó como periodista, músico, compositor, poeta, libretista y conductor de radio. También fue político pero su gran influencia estuvo siempre centrada en la música folklórica de Argentina.

¿UN DESIGNIO?
Como si se tratara de un capricho de la historia o un designio familiar, el conflicto bélico, los Dojorti y los versos de Buenaventura Luna, se entrecruzan en el tiempo. En la guerra de Malvinas, el 2 de abril de 1982, otra vez la patriada era el motivo de encuentro de estos sustantivos.
Esta vez fue Duilio Oscar Dojorti, el que llegó a las Islas para defender de Inglaterra la tierra que alguna vez sus antepasados vinieron a usurpar.
Según relata Duilio, el combate fue parte de su convicción ya que la vocación la tenía. Pero sus camaradas y superiores desconocían esta historia que da cuenta que la convicción no era sólo ideológica sino también sanguínea, marcada por su historia.
Familiares del excombatiente, en aquella época, le preguntaron porque iba a las islas ya que su linaje tenía una historia cruzada con la de 1982. La respuesta fue contundente: "Voy a defender mi patria, mi suelo, mi historia".
Fue así que Dojorti estaba en un combate donde ingleses tenían un protagonismo similar al de 1806. Pero esta vez la mano y la pluma de Buenaventura Luna estaban presentes en la zona de guerra donde, si bien no había guitarras, los versos eran moneda corriente entre soldados que arengados por otro Dojorti, apasionado por la música y poesía de su tío, descargaban tensiones en los momentos de descanso o tensa calma de la batalla.
Hoy, a 36 años de Malvinas, Duilio vuelve a las islas con la valija llena de ilusiones, con la ansias de cerrar un circulo y de llevar quizás en el corazón, su mente o a viva voz, aquellos versos folklóricos que tan bien le hicieron a la tropa y que lleno el suelo argentino de sangre, sudor, lágrimas y pura historia y folklore nacional.