«Debo estar viendo mal»: Iban en bici por una ruta de la Patagonia y en una curva los esperaba el guanaco blanco que no olvidarán

La saga de las aventuras en bicicleta de Lucía y Nahuel por las rutas de la Patagonia tuvo su capítulo más sorprendente en Tierra del Fuego. Una soleada mañana de abril pedaleaban por un camino secundario cuando después de una curva elevada observaron un grupo de guanacos que corrían en el campo. Entre ellos, uno brillaba con luz propia: era blanco.

Debo estar viendo mal -le dijo Nahuel a Lucía. Frenó, sacó la cámara y acercó el zoom mientras ella también detenía la marcha con cuidado para que no se desacomodara el tetris de bolsos y mochilas.

-¡No se puede creer: sí, es blanco! -confirmó él. Desde ese punto tenían una buena perspectiva de los movimientos de la manada. Lo que veían parecía ser una competencia de los machos por las hembras, con el albino metido en el asunto de la continuidad de la especie entre los otros, a pura corrida.


    


No les importó que Nahuel hiciera volar el drone para filmar un video inolvidable que ya entró a la galería de los mejores recuerdos de esta pareja uruguaya que cumplió su sueño de recorrer la Argentina de norte a sur. Fue con la mítica 40 como eje desde La Quiaca, pero desviándose cada vez que se tentaran, sobre todo si se trataba de rutas secundarias desconocidas.

Lo planificaron al detalle, ahorraron, y hacerlo tuvo sabor a gloria. Y por si faltara un detalle, como en las buenas historias, al final del viaje, en Tierra del Fuego los esperaba un capítulo inolvidable cuando se acercaban a una curva. Iban por uno de esos caminos que pocos transitan y que más les gustan.

A esa altura, ya habían recorrido los 354 km del Patagonia Beer Trail para unir las cervecerías de San Martín de los Andes con las de El Bolsón y sus plantaciones de lúpulos y en la ruta 237 cruzaron el Limay hacia Villa Llanquín.