“Soy un cantor de artes olvidadas que camina por el mundo para que nadie olvide lo que es inolvidable: la poesía y la música tradicional de Argentina”. Hoy, 31 de enero, se conmemora un aniversario más del nacimiento de Atahualpa Yupanqui, uno de los máximos referentes de la música folklórica argentina.
Hay muchas formas posibles de evocar a este artista argentino de proyección universal. Pero cabe recordar un cruce entre su perfil de poeta y músico con las artes visuales: el retrato que el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín realizó de Yupanqui. O, de otro modo, dos figuras emblemáticas de América Latina, unidas por su compromiso con la identidad y la cultura.
La voz de la tierra
Héctor Roberto Chavero, conocido como Atahualpa Yupanqui, nació en 1908 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Sin embargo, su vida y obra están ligadas al noroeste argentino, especialmente a Santiago del Estero y Tucumán, las regiones que inspiraron sus letras y melodías. Basta recordar sus versos: “Ay, lunita tucumana, tamborcito calchaquí, compañera de los gauchos, en las sendas de Tafí”.


Por los Senderosde Argentina